sin muerte en qué vivirme,
sin piedad por mi nombre
ni por mis huesos que lloran vagando.
¿Y quién no goza entre amapolas?
¿Y quién no posee un fuego, una muerte,
un miedo, algo horrible,
aunque fuere con plumas,
aunque fuere con sonrisas?
Siniestro delirio amar a una sombra.
La sombra no muere.
Y mi amor
sólo abraza a lo que fluye
como lava del infierno:
una logia callada,
fantasmas en dulce erección,
sacerdotes de espuma,
y sobre todo ángeles,
ángeles bellos como cuchillos
que se elevan en la noche
y devastan la esperanza.
Divina Alejandra¡¡¡¡¡¡¡¡¡
ResponderBorrarSi Amigaaaa!!Con sus sentimientos siempre, asi como susurrados, como gritos silenciosos escondidos entre sus palabras. Tanto que decir y mucho más por sopesar que carga su alma....tanta energía hecha fuego e ilustra sangre de pasión en sus palabras...Alejandra...siempre Alejandra, Amiga...
ResponderBorrarBicos suspirados en ella, Amiga, en Alejandra...